Internet de las cosas, o IoT, se refiere a los miles de millones de dispositivos físicos en todo el mundo que ahora están conectados a Internet, todos recopilan y comparten datos. Gracias a la llegada de chips de computadora súper económicos y la ubicuidad de las redes inalámbricas, es posible convertir cualquier cosa, desde algo tan pequeño como una pastilla hasta algo tan grande como un avión, en una parte del IoT.
Conectar todos estos objetos diferentes y agregarles sensores agrega un nivel de inteligencia digital a los dispositivos que de otro modo serían ordinarios, lo que les permite comunicar datos en tiempo real sin involucrar a un ser humano.
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El Internet de las cosas está logrando que el tejido del mundo que nos rodea sea más inteligente y más receptivo, fusionando los universos digital y físico.
El término IoT se usa principalmente para dispositivos que generalmente no se esperaría que tuvieran una conexión a Internet y que pueden comunicarse con la red independientemente de la acción humana.
Por esta razón, una PC generalmente no se considera un dispositivo de IoT ni tampoco un smartphone, a pesar de que este último está repleto de sensores. Sin embargo, un reloj inteligente o una pulsera de fitness u otro dispositivo portátil puede considerarse como un dispositivo de IoT.
El IoT fue inicialmente más interesante para los negocios y la fabricación, donde su aplicación a veces se conoce como máquina a máquina (M2M), pero ahora el énfasis está en llenar nuestros hogares y oficinas con dispositivos inteligentes, transformándolo en algo que es relevante para casi todos.
Las primeras sugerencias para los dispositivos conectados a Internet incluyeron 'blogjects' (objetos que escriben en blogs y registran datos sobre sí mismos en Internet), computación ubicua (o 'ubicomp'), computación invisible y computación omnipresente. Sin embargo, fue Internet de las cosas e IoT lo que se mantuvo.
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Los beneficios de IoT para las empresas dependen de la implementación particular; la agilidad y la eficiencia suelen ser las principales consideraciones. La idea es que las empresas tengan acceso a más datos sobre sus propios productos y sus propios sistemas internos, y como resultado, una mayor capacidad para realizar cambios.
Los fabricantes están agregando sensores a los componentes de sus productos para que puedan transmitir datos sobre su desempeño. Esto puede ayudar a las empresas a detectar cuándo es probable que un componente falle y a cambiarlo antes de que cause daños.
Las empresas también pueden utilizar los datos generados por estos sensores para hacer que sus sistemas y sus cadenas de suministro sean más eficientes, porque tendrán datos mucho más precisos sobre lo que realmente está sucediendo.
El uso empresarial del IoT se puede dividir en dos segmentos: ofertas específicas de la industria, como sensores en una planta generadora o dispositivos de ubicación en tiempo real para la atención médica; y dispositivos de IoT que se pueden utilizar en todas las industrias, como aire acondicionado inteligente o sistemas de seguridad.
Si bien los productos específicos de la industria comenzaron a funcionar desde 2020, Gartner predice que los dispositivos intersectoriales alcanzarán los 4.400 millones de unidades, mientras que los dispositivos verticales específicos ascenderán a 3.200 millones de unidades.
Los consumidores compran más dispositivos, pero las empresas gastan más: el grupo de analistas dijo que, si bien el gasto de los consumidores en dispositivos IoT fue de alrededor de $725 mil millones en 2019, las empresas gastaron en IoT $964 mil millones.
Se predijo que las principales industrias para IoT serían la fabricación discreta ($119 mil millones en gastos), la fabricación de procesos ($78 mil millones), el transporte ($71 mil millones) y los servicios públicos ($61 mil millones).
Para los fabricantes, los proyectos de apoyo a la gestión de activos serán clave; en el transporte, el control de la carga y la gestión de la flota tendrán la máxima prioridad. El gasto en IoT en la industria de servicios públicos estará dominado por proyectos de redes inteligentes de electricidad, gas y agua.
También se predijo que el gasto de IoT para el consumidor alcanzaría los 108.000 millones de dólares, lo que lo convertiría en el segundo segmento más grande de la industria: el hogar inteligente, el bienestar personal y la información y entretenimiento de vehículos conectados verán gran parte del gasto.
Por caso de uso, las operaciones de fabricación ($100 mil millones), la gestión de activos de producción ($44,2 mil millones), el hogar inteligente ($44,1 mil millones) y el monitoreo de carga ($41,7 mil millones) serán las áreas de inversión más grandes.
El Internet industrial de las cosas (IoT) o la cuarta revolución industrial o Industria 4.0 son todos nombres que se le dan al uso de la tecnología de IoT en un entorno empresarial. El concepto es el mismo que para los dispositivos IoT de consumo en el hogar, pero en este caso el objetivo es utilizar una combinación de sensores, redes inalámbricas, big data, IA y analítica para medir y optimizar los procesos industriales.
Si se introduce en toda la cadena de suministro, en lugar de solo en empresas individuales, el impacto podría ser aún mayor con la entrega de materiales justo a tiempo y la gestión de la producción de principio a fin.
El aumento de la productividad de la fuerza laboral o el ahorro de costos son dos objetivos potenciales, pero el IoT también puede crear nuevas fuentes de ingresos para las empresas; en lugar de simplemente vender un producto independiente, por ejemplo, como un motor, los fabricantes también pueden vender el mantenimiento predictivo del motor.
El Internet de las cosas promete hacer que nuestro entorno, nuestros hogares, oficinas y vehículos, sea más inteligente, más medible y más sonoro. Los parlantes inteligentes facilitan la reproducción de música, configurar temporizadores u obtener información.
Los sistemas de seguridad para el hogar facilitan el seguimiento de lo que sucede dentro y fuera, o para ver y hablar con los visitantes. Mientras tanto, los termostatos inteligentes pueden ayudarnos a calentar nuestras casas antes de que regresemos, y las lámparas inteligentes pueden hacer que parezca que estamos en casa incluso cuando no estamos.
Mirando más allá del hogar, los sensores pueden ayudarnos a comprender qué tan ruidoso o contaminado puede ser nuestro entorno. Los vehículos autónomos y las ciudades inteligentes podrían cambiar la forma en que construimos y gestionamos nuestros espacios públicos.
Sin embargo, muchas de estas innovaciones podrían tener importantes implicaciones para nuestra privacidad personal, al igual que constituir una red de relaciones tecnológicas funcionales para las empresas del mañana, a partir de este momento.
En síntesis, el Internet de las cosas está transformando la visión que teníamos del mundo, potenciando la experiencia con la tecnología, tanto en la vida cotidiana como en las empresas, permitiendo una mayor eficiencia y optimización de los procesos, actividades y tareas que realizan las personas en esos ámbitos.