En la actualidad, cada vez son más las empresas que manifiestan una preocupación por la sostenibilidad ambiental, ya que desde hace años existen claras evidencias de que la excesiva contaminación de las industrias por décadas está provocando un cambio climático del que ya estamos empezando a percibir sus efectos. Entender esta problemática permite a los líderes empresariales adaptar sus estrategias de negocios al cuidado del planeta y, especialmente, a la protección de los recursos renovables.
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A nivel global, las personas también han demostrado tener mayor conciencia del impacto ambiental, y que es necesario un cambio de paradigma sociocultural, si queremos hacer de nuestro planeta un lugar mejor para las generaciones futuras. Por este motivo, si la iniciativa no surge de parte de las empresas, son los consumidores quienes presionan a las empresas para que desarrollen políticas sostenibles en sus modelos de negocios, a fin de permanecer en el mercado.
Sin embargo, aún sigue habiendo una brecha importante entre la mayoría de las acciones corporativas y los cambios necesarios para alcanzar los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, ya que el avance en estas políticas es lento en comparación con los efectos del cambio climático. En este artículo, analizamos el rol de la sostenibilidad ambiental y cómo las empresas deberían integrar esta iniciativa a sus estrategias empresariales.
La sostenibilidad ambiental es el uso de los recursos naturales para satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades. Ser sostenible implica lograr un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, promoviendo el desarrollo económico pero sin amenazar ni poner en peligro el medio ambiente. Incluye 3 pilares fundamentales: económico, social y ambiental. Alcanzar la sostenibilidad ambiental depende no solo del compromiso de los países, sino también de las organizaciones e individuos.
Hoy en día, las empresas que implementan políticas de sostenibilidad ambiental obtienen una mayor adhesión de sus clientes que las que prefieren seguir adelante con su modelo tradicional. Estas últimas deberían entender que el problema del calentamiento global, provocado por los gases del efecto invernadero, es el resultado de un modelo productivo adoptado a partir de la Primera Revolución Industrial, que fue detectado durante el siglo XIX.
Sin embargo, el paso del tiempo no ha hecho más que complicar las cosas, debido a factores como la globalización, el crecimiento poblacional y el elevado desarrollo de la actividad productiva. Frente a esta realidad, diversas organizaciones gubernamentales de todo el mundo han alertado sobre el peligro del calentamiento global para el planeta y la necesidad de reducir las emisiones de carbono un 45%, para 2030.
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Fue en 2015 que 193 países acordaron los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, con el fin de detener el avance del cambio climático para 2030 y construir así un mundo más equitativo, justo y seguro para vivir. En función de estos objetivos, las empresas pueden beneficiarse adaptando su estrategia a los desafíos de sostenibilidad ambiental. Esto permitirá también a las personas modificar sus hábitos de consumo eligiendo productos más amigables con el medio ambiente.
Según un estudio de la Comisión de Negocios y Desarrollo Sostenible, los modelos de negocios vinculados con los objetivos sostenibles podrían brindar oportunidades económicas de hasta 12 billones de dólares y aumentar el empleo en hasta 380 millones para 2030, lo que ayudará en la transición hacia una economía sostenible. Ahora bien, ¿cómo pueden las empresas aprovechar estas políticas de desarrollo sostenible para asegurar el crecimiento y el éxito de su negocio?
Existen alternativas renovables que permiten economizar el uso de energía, como así también implementar otros tipos de fuentes no basadas en combustibles fósiles. Asimismo, las empresas pueden aprovechar recursos de cercanía adquiriendo productos de proveedores locales para ahorrarse energía en el transporte. Esto puede facilitar las prácticas sostenibles de traslados ecológicos con vehículos eléctricos que eviten la contaminación.
Por último, muchas empresas ya están empezando a utilizar la economía circular basada en la reutilización y reciclaje de los desperdicios, para evitar la extracción desmedida de los recursos naturales y mitigar el impacto de la contaminación ambiental. Esto consiste en realizar la transición desde una economía lineal (producir, vender y tirar) a una circular donde las organizaciones asumen la responsabilidad de lo que producen y, por ejemplo, una vez que se acaba la vida útil del producto, el consumidor se los devuelve para que nuevamente forme parte de la cadena de producción por completo o alguna de sus partes.
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En líneas generales, la sostenibilidad ambiental es más que una iniciativa de desarrollo sostenible para proteger el medio ambiente del cambio climático, es la oportunidad de realizar un cambio de paradigma con respecto a la manera en que vivimos y nos relacionamos con la naturaleza. Como parte de nuestra vida en sociedad y el progreso de la economía, las organizaciones deben integrar las políticas sostenibles a sus estrategias de negocios para promover ese cambio de conciencia en las personas a nivel global. Ya muchas empresas lo están haciendo, pero todavía falta mucho camino por recorrer y entender que no solo se trata de una tendencia sino de una necesidad de supervivencia y de responsabilidad social complementadas con el crecimiento económico.