Las pymes mexicanas representan el principal motor económico del país, con alrededor de 4.1 millones de pymes, según los datos registrados por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Aportan un 42% del PBI (Producto bruto interno) y generan el 78% del empleo nacional. Pero por otro lado, son el sector más vulnerable de la economía, debido a la limitación de recursos con respecto a las grandes empresas a escala internacional.
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Dentro del porcentaje de MIPyMES en México, el 95,4% está integrado por microempresas, mientras que un 3,6% se vincula con las pequeñas empresas y otro 0,8% a medianas empresas. Tanto las pequeñas como las medianas empresas que abarcan las pymes mexicanas, pertenecen a diferentes sectores de la industria y atienden a diversas necesidades de la población, entre las cuales se destacan las del sector comercial, industrias y servicios.
Por un lado, la cercanía con Estados Unidos como una de las principales potencias mundiales convierten a México en un país atractivo para que otras empresas latinoamericanas ingresen a probar suerte, por el impacto económico a nivel local y la posibilidad de intercambio a través del comercio internacional. Pero por otro lado, muchas pymes mexicanas sufren de cierta inestabilidad económica y social y no pueden mantenerse en el tiempo. En este artículo, indagamos los principales retos que enfrentan las pymes en México en la actualidad.
Si bien existe un crecimiento general del sector productivo en México a partir del desarrollo a largo plazo de las pymes, lo cierto es que estas no están exentas de desafíos, debido a la volatilidad y competitividad del mercado, por lo que el 2024 se presenta tanto como un año lleno de nuevas oportunidades como de retos a superar para continuar avanzando en su ciclo evolutivo. Veamos ahora cuáles son esos retos.
Una de las principales limitaciones para el crecimiento de las pymes mexicanas y latinoamericanas en general es la falta de acceso a créditos, ya sea para invertir en materias primas, tecnología, maquinaria de producción, capital humano, abrir nuevas unidades de negocio, pagar deudas o invertir en publicidad y marketing. El principal obstáculo respecto a la posibilidad de obtener financiamiento es la alta tasa de interés que imponen los bancos.
Según un informe del Banco de México, un 47% de las empresas mexicanas evitan solicitar créditos bancarios debido a las altas tasas de interés. Para remediar esto, una alternativa puede ser pedir apoyo a la Secretaría de Economía para impulsar el desarrollo económico. Pero cuando definitivamente el acceso a créditos es inviable, las pymes en estado de vulnerabilidad pueden comenzar a planificar una estrategia a largo plazo, que les permita obtener una financiación estable y suficiente para lograr crecimiento y liquidez durante las épocas de crisis.
El mercado latinoamericano es fluctuante y las empresas de todos los tamaños deben enfrentarse a la competencia constante. En esta jungla, en donde las pymes casi no tienen posibilidades frente a las grandes corporaciones que tienen mayor solidez financiera y una infraestructura tecnológica superior, las pymes se encuentran en desventaja. Además, generalmente deben enfrentarse también a toda clase de requisitos y certificaciones para ser proveedoras de empresas transnacionales y del gobierno, lo que les impide salir del mercado local.
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Una de las principales debilidades de las pymes es la escasa capacidad de acción en los momentos de crisis a nivel económico. Por ejemplo, la recesión, devaluación e inflación son crisis económicas que perjudican financieramente a las empresas más pequeñas y menos estables. En muchos países con recesión tras atravesar una temporada de bonanza económica, las pymes terminan frenando su producción, por lo que sus ganancias son notablemente menores.
Con la inflación es diferente, porque su principal consecuencia es el aumento de precios, y por lo tanto, el aumento de los insumos representa un impacto directo en los costos de producción, reduciendo los márgenes de utilidad y la capacidad para competir en el mercado. Y no olvidemos que la inflación afecta la demanda de los productos y servicios en las pymes, porque los consumidores tienden a gastar menos. Entonces, estas empresas dejan de vender y obtener retorno de la inversión, lo que supone una de las mayores crisis que puede sufrir una empresa.
Un 82% de las pymes no tiene acceso a internet, por lo que la transformación digital es todavía una utopía para muchas pymes que recién se inician en la actividad comercial. Tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas, la realidad aumentada y la automatización de procesos son herramientas fundamentales hoy en día en las empresas, y prescindir de ellas es el equivalente a quedarse atrás de la competencia.
Debido a la necesidad de ahorrar costos de inversión, muchas pymes suponen que no están en condiciones de implementar una solución tecnológica, pero lo cierto es que estas empresas tienen una infraestructura más liviana que las grandes empresas, lo que reduce el riesgo del proceso de transformación digital. No obstante, la brecha de inversión entre las pymes y las grandes empresas sigue siendo muy amplia, y esto puede dificultar la adopción de nuevas tecnologías.
Finalmente, otro de los retos que enfrentan las pymes en México es la falta de capacitación de los colaboradores. Mientras que las grandes empresas se preocupan por contratar a los mejores talentos, y una vez dentro de sus filas los retienen ofreciéndoles capacitación de calidad. El principal motivo de esta falta de capacitación al personal en las pymes no es otra que el alto costo que representa la inversión en formación profesional.
El auge del trabajo remoto tras la pandemia también supone un gran desafío para las pymes, ya que si bien conlleva una reducción de costos importantes, es necesario un buen liderazgo para que los equipos remotos sean productivos y eficientes, además de contar con herramientas de comunicación digitales y de flujos de trabajo. Las pymes que no pueden adquirir tecnologías de este tipo lógicamente no pueden trabajar a la distancia y tampoco incorporar talentos fuera de sus dominios geográficos.
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En líneas generales, hemos analizado los principales retos que enfrentan las pymes en México, pero que ciertamente terminan siendo los desafíos de la mayoría de las pymes latinoamericanas: falta de acceso a créditos, dificultad para adquirir tecnologías de última generación, falta de capacitación a los colaboradores, competencia desigual con las grandes empresas y vulnerabilidad frente a las crisis. En gran medida, que las pymes obtengan una ventaja competitiva dependerá de cómo se encuentre la economía del país, pero también de la capacidad de resiliencia, planificación a largo plazo y gestión de riesgos.