En un escenario marcado por tensiones sociales e incertidumbre política, el crecimiento de las ventas en Ecuador se erige como un ejemplo de resiliencia económica. Durante la primera quincena de septiembre de 2025, las ventas aumentaron un 13,7% respecto al mismo período del año anterior, según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI).
Este resultado refleja la fortaleza del entramado comercial e industrial del país, que ha sabido adaptarse y prosperar incluso en medio de la inestabilidad.
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El informe del SRI revela que el repunte en las ventas resulta aún más notable por el contexto en el que se produjo. A pesar del paro nacional indígena —que paralizó buena parte de la actividad económica—, sectores estratégicos mantuvieron un dinamismo sorprendente.
El desempeño confirma la capacidad de las empresas ecuatorianas para ajustar sus operaciones, rediseñar procesos y responder con agilidad ante circunstancias imprevisibles. Más que un hecho aislado, el crecimiento es la evidencia de un ecosistema empresarial que aprende, innova y se adapta.
El comercio fue uno de los principales motores del incremento. En especial, el retail de productos esenciales y tecnológicos logró sostener su ritmo mediante la expansión de sus canales de distribución y el fortalecimiento del comercio electrónico.
Por otro lado, la industria manufacturera demostró una planificación estratégica y logística eficiente. Aun con restricciones de movilidad, mantuvo niveles de producción capaces de abastecer el mercado interno y atender las demandas de exportación.
Ambos sectores evidenciaron una gestión sólida, sentando las bases para un crecimiento más sostenido en los próximos trimestres.
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El factor común entre las empresas que lideraron este crecimiento fue su capacidad de adaptarse rápidamente. La diversificación de riesgos, la expansión de los canales digitales y la digitalización acelerada se consolidaron como pilares fundamentales.
Las transacciones electrónicas aumentaron considerablemente, impulsadas por las condiciones de movilización limitada. Este salto digital, que en un inicio fue una respuesta a la crisis, hoy se consolida como una inversión estratégica.
Además, muchas organizaciones revisaron sus cadenas de suministro y optimizaron su gestión operativa, fortaleciendo el liderazgo y la toma de decisiones bajo presión.
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El crecimiento de las ventas en Ecuador ofrece más que una buena noticia coyuntural: deja aprendizajes estratégicos para el futuro.
Consolidar la infraestructura digital, garantizar políticas públicas que promuevan la estabilidad y continuar apostando por la innovación serán claves para sostener este impulso.
Las empresas que inviertan en transformación tecnológica, sostenibilidad y agilidad organizacional estarán mejor preparadas para enfrentar eventuales crisis. En un entorno cambiante, la resiliencia se convierte en una ventaja competitiva que diferencia a quienes solo resisten de quienes avanzan.
Para los directivos y gerentes, este desempeño debe interpretarse como una señal clara: la adaptabilidad es el nuevo motor del crecimiento.
Las organizaciones que integren la digitalización, la flexibilidad operativa y una sólida gestión del riesgo dentro de su estrategia estarán en mejores condiciones para prosperar ante cualquier desafío.
El crecimiento de ventas en Ecuador durante septiembre de 2025 no es solo un buen indicador económico; es una demostración tangible de cómo la estrategia, la agilidad y la visión pueden superar incluso los contextos más complejos. Donde otros ven crisis, las empresas ecuatorianas están encontrando la oportunidad de construir futuro.