La tecnología avanza a pasos agigantados y la inteligencia artificial y robótica están haciendo posible que lo que en el pasado, tan solo un par de décadas atrás, era una utopía irrealizable propia de la ciencia ficción, hoy se pueda lograr y aplicar en la mejora de las industrias.
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Es precisamente la logística una de las ramas de la industria que más aceleración tecnológica está generando desde que el comercio electrónico se convirtió en la nueva tendencia de crecimiento en todo el mundo. Y Latinoamérica no es la excepción, por lo que hoy por hoy los gerentes logísticos de las empresas se enfrentan a diversos desafíos para responder al crecimiento de la demanda, respecto a la necesidad de un sistema de transporte más eficiente en la última milla de entrega de productos.
A raíz de esta creciente necesidad de acelerar los tiempos de entrega a los clientes, la logística está comenzando a incorporar vehículos autónomos en la gestión de almacenes. En este artículo te contamos qué características presentan estos nuevos vehículos y cómo pueden revolucionar la industria en el futuro.
Los vehículos autónomos y drones comenzaron a ser noticia hace relativamente poco tiempo, cuando la empresa alemana de logística Deutsche Post DHL propuso la idea como una alternativa disruptiva en el futuro del transporte para reducir los costos logísticos y las emisiones de carbono en 2050.
Dentro de este ambicioso objetivo, esta misma empresa plantea objetivos intermedios a lograr en 2025 que incluye desarrollar y operar el 70% de su propio servicio de transporte de última milla, con soluciones de vehículos eléctricos que eviten las emisiones contaminantes al medio ambiente.
De esta manera, los vehículos eléctricos, que ya se están empezando a utilizar en algunos países, están cambiando el paradigma del transporte tal como lo conocemos, en la búsqueda de una logística más sostenible. Pero el hecho de que estos vehículos a base de electricidad y no de gas no es la única alternativa ecológica importante.
Los vehículos eléctricos no solo tienen la ventaja de utilizar electricidad, sino que son autónomos. Esto significa que pueden funcionar sin la necesidad de un conductor humano, o al menos, no de la forma tradicional en que la conducción de un vehículo dependía enteramente de la habilidad del conductor.
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Esta nueva realidad de los vehículos autónomos en la gestión de almacenes plantea un interrogante que debatiremos en futuros artículos: ¿corre el riesgo la ocupación de conductor en la industria logística desde la implantación de esta tecnología de automatización?
En principio, la respuesta debería ser no, puesto que estos vehículos, si bien realizan una serie de maniobras inteligentes que usualmente ejecutan los conductores humanos, como acelerar, doblar y frenar, entre otras, hay tareas de supervisión y seguimiento que seguirán recayendo sobre la responsabilidad de los conductores.
Incluso, aunque la inteligencia artificial plantee un problema en la ruta durante un viaje, el conductor desde donde se encuentre supervisando el trayecto del vehículo autónomo puede aprobar o desestimar la sugerencia de la máquina. Sin embargo, también es cierto que no se precisarán tantos conductores como antes de la creación de estos vehículos autónomos.
En consecuencia, la demanda de transportistas será ostensiblemente menor, aunque no de manera abrupta. Quizá se reduzca la necesidad de conductores especializados de forma gradual, a medida que la tecnología de los vehículos autónomos vaya hilando más fino en sus capacidades y alcances.
Pero este escenario en el que los vehículos autónomos dominen la industria logística, todavía está lejos, puesto que no todas las empresas de logística lograrán incorporar esta tecnología en un corto plazo, sobre todo en los países más emergentes de Latinoamérica.
Así que por el momento los transportistas seguirán ocupándose de la conducción de vehículos, aunque en los últimos años la aplicación del GPS significó una ayuda inestimable para la orientación y guía rápida en las rutas.
Existen diversos desafíos a la hora de implementar vehículos autónomos en la gestión de almacenes en LATAM, pero aunque no fuera una prioridad en un principio, desde la pandemia urge en la mayoría de las empresas logísticas gestionar una transformación orientada a la automatización de los procesos logísticos.
En primer lugar, porque la alta circulación de COVID, en sus distintas variantes, aumentó el ausentismo de transportistas y demás personal de la logística de última milla, lo que representa un problema de recursos para cubrir esos vacíos de personal que plantea la necesidad de contratar a más conductores o retrasar los envíos.
Algunas tecnologías actuales permiten controlar vehículos de forma remota, lo que permite una gestión logística más segura y eficiente sin depender totalmente de un vehículo autónomo. Sin embargo, se espera que en poco tiempo los vehículos autónomos sean incorporados por todas las empresas logísticas, porque no solo reducen las emisiones de carbono y costos, sino que también reducirá el trabajo manual de los conductores, y por lo tanto, los posibles errores.
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En este sentido, los vehículos autónomos en la gestión de almacenes permitirá combinar la experiencia y conocimientos del conductor y la tecnología de automatización e inteligencia artificial. Por ende, si lo vemos en perspectiva, estos vehículos eléctricos autónomos no le arrebatarán el trabajo a los transportistas, lo harán aún mejor.