Colombia vive un punto de inflexión en su estructura económica externa. En el primer trimestre de 2025, el país recibió alrededor de 3,3 millones de visitantes, de los cuales 2,3 millones eran extranjeros —una expansión interanual del 5,9%.
Ese flujo de visitantes generó ingresos por USD 2865 millones, cifra que duplica el valor combinado de las exportaciones de café y carbón, y representa el 86% del valor de las exportaciones de petróleo y derivados.
Estos indicadores evidencian un cambio estructural: el turismo se consolida como una fuente de divisas más diversificada, menos volátil y con mayor potencial de generación de valor local que las tradicionales industrias de extracción. Pero no todo es éxito absoluto: el turismo doméstico muestra señales de debilidad, lo que dibuja retos para consolidar un modelo equilibrado.
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Históricamente, la economía colombiana ha dependido de sus exportaciones de commodities —especialmente café, carbón y petróleo— como fuentes esenciales de divisas. Pero los datos de 2025 plantean una narrativa distinta:
Además, ese monto turístico equivale al 86% del valor de exportaciones de petróleo y derivados, lo que revela cuán significativo se vuelve el turismo en el balance externo.
Este viraje no es meramente coyuntural: indica una tendencia hacia una economía más orientada al servicio, al consumo internacional y al impacto local, frente a la volatilidad de los precios de los commodities.
Una de las grandes ventajas del turismo frente a la extracción es su mejor potencial de distribución territorial del ingreso: genera oportunidades en destinos rurales o periféricos, promueve microemprendimientos locales, y diversifica los emisores de divisas. En vez de depender de grandes minas o cultivos concentrados, el país puede beneficiarse del capital humano, la hospitalidad, la cultura y la naturaleza.
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Aunque el turismo internacional crece con fuerza, el turismo doméstico en Colombia está en retroceso, lo que limita la sustentabilidad del sector:
Es decir: aunque Colombia está atrayendo turistas del exterior, sus propios ciudadanos viajan menos, lo que crea dos riesgos:
Para corregir ese desequilibrio es esencial fortalecer políticas que estimulen el turismo nacional, desde mejorar conectividad interna, descuentos fiscales para viajes internos, promoción local, hasta fortalecer la seguridad y reducir costos.
¿Qué explica este salto del turismo en Colombia? Algunas causas clave:
Estos elementos configuran un ecosistema en el que el turismo no es solo un servicio pasajero, sino una palanca estructural.
La transición hacia una economía donde el turismo supera exportaciones tradicionales en Colombia no está exenta de desafíos:
Además, el debilitamiento del turismo interno puede debilitar la base local sostenible del sector. Si los ciudadanos locales no consumen turismo, muchas regiones quedarán sin demanda en temporadas fuera de pico.
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Para que Colombia aproveche este momento y consolide el turismo como pilar sostenible de su economía, conviene trazar una estrategia dual:
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El hecho de que el turismo ya genere más divisas que el carbón y el café no es solo un dato simbólico: apunta a una transformación estructural de la economía colombiana. El país reconfigura su modelo de ingreso de divisas hacia una economía de servicios con mayor potencial de distribución territorial.
Pero este nuevo motor no está exento de riesgos: si no se atienden las asimetrías regionales, la debilidad del turismo interno y los desafíos de sostenibilidad ambiental, el crecimiento puede devenir desigual.
La gran oportunidad está en equilibrar: consolidar el exterior, apuntalar lo interno, conectar al territorio y consolidar una visión estatal donde el turismo sea un eje estratégico de desarrollo inclusivo e innovador.