Uno de los mayores objetivos que tienen las empresas regionales en la actualidad es alcanzar una economía de escala aprovechando las ventajas de un proceso de producción eficiente. No obstante, lograrlo no es asunto sencillo porque la eficiencia debe darse a partir de una sostenida reducción de costos y aumento de las ventas, por lo que el retorno de la inversión se disparará notablemente.
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Las economías regionales se generan en producciones intensivas basadas en el aprovechamiento de materias primas agropecuarias regionales que, en función de sus condiciones específicas han avanzado en distintos niveles en la industrialización local de sus productos derivados. Este tipo de negocios regionales están vinculados con las pequeñas y medianas empresas con capacidad de impulsar empleos.
Dentro del amplio sustrato cultural que es Latinoamérica, son varios los países que reúnen las características de las economías regionales, pero los altos índices inflacionarios de estos países, en especial Argentina, plantean diversos escenarios para alcanzar una economía de escala. En este artículo, el objetivo es entender los desafíos que enfrentan las economías regionales para escalar en el mercado internacional.
La economía regional se ocupa de estudiar los procesos económicos a nivel espacial y trata de entender la estructura económica a escala regional. Busca aplicar las diferentes técnicas de las teorías de localización, desarrollo tecnológico y crecimiento económico. Las teorías de la localización cumplen la función de tomar decisiones del lugar geográfico que ocupan, aunque también se encargan de analizar las desigualdades en la distribución de las actividades económicas dentro de un país.
Asimismo, las teorías de crecimiento regional están pensadas para analizar los determinantes de crecimiento endógeno que apunta al aumento de la capacidad de producción real y su habilidad para sostener este crecimiento.
Por otro lado, las teorías de desarrollo regional están vinculadas con la identificación de los elementos tangibles, como el acceso a recursos naturales, el clima o la localización geográfica de las empresas, pero también con elementos intangibles como la educación, cultura o capital social, que participan en el crecimiento y desarrollo de las economías regionales.
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Ahora veamos a continuación qué desafíos particulares se pueden presentar en una economía regional.
1. Mejorar los ingresos.
Uno de los principales desafíos de toda economía regional es mejorar los ingresos, analizando las demandas de los productos regionales. Si bien la mayoría de los consumidores están acostumbrados a comprar productos importados, es de vital importancia para las economías regionales generar esa demanda buscando incentivar el consumo de productos nacionales. Pero para lograr eso, la oferta debe estar a la altura de las necesidades del consumidor promedio desarrollando bienes de calidad y a precios competitivos.
Ahora bien, la alternativa más propicia para las economías regionales en países que atraviesan una fuerte crisis económica como Argentina es apuntar al mercado externo, es decir, exportar productos nacionales buscando fomentar alianzas comerciales con otros países. Sin embargo, no siempre se pueden establecer este tipo de acuerdos comerciales en países donde su economía es muy cerrada, como en el caso de Argentina, por lo que las empresas deberán lidiar contra distintas restricciones ante la entrada de nuevas tecnologías y maquinarias.
2. Aumentar la productividad.
Frente a este desafío, una medida adecuada para impulsar los procesos productivos es tecnificando la cadena de producción, tanto en la etapa de fabricación como en el proceso comercial. La tecnificación ayudará a incrementar los niveles de eficiencia y productividad porque se reducirá el trabajo manual y las personas podrán ejecutar tareas de mayor valor, a la vez que las empresas podrán acelerar su crecimiento incorporando tecnologías en el sector productivo para crear productos más competitivos que favorezcan la expansión hacia nuevos mercados.
3. Reducir los costos.
En países de gran extensión, generalmente las economías regionales se encuentran muy alejadas de los puertos, lo que encarece inevitablemente los costos de logística. A esto hay que agregar que varios de estos productos tienen que pagar impuestos a la exportación, en especial, las empresas más pequeñas, que son las que más se perjudican de los altos costos de las retenciones.
En una economía inestable como la que hay desde hace décadas en Argentina, en donde cada día el peso argentino se devalúa frente al dólar, los productores de estas economías regionales buscarán obtener ganancias del mercado exterior para traer la divisa norteamericana hacia su negocio en lugar de continuar comercializando productos dentro de sus fronteras con la moneda nacional.
Para favorecer las negociaciones con otros países, los productos deben ser competitivos, por lo que buscar proveedores de confianza deberá ser uno de los objetivos principales de las economías regionales en la necesidad de optimizar los costos de producción.
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Estos fueron algunos de los desafíos que enfrentan las economías regionales cuando llevan adelante negocios con oportunidades de transnacionalización. La reducción de costos, aumento de la producción e incremento de las ventas están dentro de los objetivos de cualquier empresa que quiera alcanzar una economía de escala que promueva el desarrollo industrial y el crecimiento económico de toda la región a través de una efectiva iniciativa empresarial.