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Características de un buen líder: El rol de la autenticidad

Escrito por Equipo de redacción de Drew | 24/03/23 20:40

En la actualidad, las empresas que van a la vanguardia están adoptando otra forma de liderazgo diferente a la convencional, ligada más a una estructura organizacional verticalista, que busca formar personas capaces no solo de dirigir adecuadamente un equipo de trabajo sino también sentar las bases para que en el futuro más personas se conviertan en líderes o asuman roles y responsabilidades de liderazgo que los hagan crecer profesionalmente y enriquecer a la empresa con su aporte.

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Se dice que ningún líder nace siendo líder sino que es un proceso de formación para las personas que asumen este rol, y esto tiene sentido, porque nadie nace sabiendo ni tomando las decisiones acertadas en todo momento. En el trayecto, existe un aprendizaje que todo líder debe incorporar para convertirse en un modelo a seguir para su equipo a cargo. No basta con tener autoridad y hacerse respetar. Eso lo logra cualquier jefe con el poder que le confiere su puesto jerárquico.

Para desarrollar un liderazgo saludable, es necesario bajarse del pedestal de la autoridad y trabajar codo a codo con los colaboradores, delegando actividades cuando sea necesario y aceptando opiniones, ideas y críticas. Al entender que todo líder alguna vez empezó de abajo, con más razón las habilidades blandas van a complementar su formación profesional. En este artículo, analizamos las características de un buen líder y el rol que cumple la autenticidad para lograrlo.

 

Las principales características de un buen líder 

En una serie de artículos sobre liderazgo empresarial, vamos a desarrollar las mejores características que definen a un gran líder. Además de las habilidades duras y técnicas que todo profesional debe adquirir para entregar valor a la empresa, en el camino hacia el liderazgo, toda persona debe necesariamente incorporar una serie de habilidades blandas, orientadas a interactuar de la mejor manera con otras personas del entorno laboral.

Autenticidad, paciencia, aprendizaje, empatía, son algunas de las características que vamos a analizar a lo largo de este ciclo de artículos. En esta oportunidad, vamos a desarrollar nuestra perspectiva sobre el rol de la autenticidad como cualidad que aporta valor a todo buen líder.

 

El rol de la autenticidad en el liderazgo saludable: ¿Qué significa ser auténtico/a?

Dentro de las características comunes que debería adquirir todo buen líder, la autenticidad es una de las más importantes, ya que es un atributo de la personalidad que permite a las personas mostrarse auténticas, transparentes con quienes las rodean. Un líder auténtico irá siempre con la verdad sea cual sea, pero a la vez sabrá cómo decirla sin que suene hiriente. 

La autenticidad es una cualidad de la honestidad y define a la persona que se rige por la verdad y acepta la responsabilidad de sus sentimientos y conductas para mostrarse frente a los demás lo más fieles a sí mismos posibles. Aunque parezca extraño, lograr ser auténtico no es tan fácil como podría parecer porque entran en juego una serie de variables internas y externas de la persona cuando se relaciona con las personas de su entorno.

Por ejemplo, ser auténtico implica ser sincero y tener convicciones firmes, en definitiva, una persona segura de sí misma, un rasgo de autoestima que no todos desarrollan con la misma eficacia porque la mirada ajena a menudo busca minar esa percepción que internamente tenemos de nosotros mismos. Y si la persona es insegura, será fácil doblegarla y manipularla. De igual manera, una alta autoestima en un líder no debe sesgar su visión sobre su equipo de trabajo manifestando conductas narcisistas que provoquen frustraciones. 

 

Rasgos de un líder auténtico

Los líderes auténticos son personas que pueden regirse por 4 líneas de comportamientos específicas.

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1. Transparencia en las relaciones interpersonales.

Los buenos líderes, ante todo, se muestran tal como son frente a los demás, ya que no tienen nada que ocultar. Son fieles a sí mismos y mantienen bien firmes sus convicciones, por lo que difícilmente se van a dejar manipular ni van a intentar manipular a otro para obtener algo. Generalmente, estos perfiles tienen autocrítica de los propios errores y tienen facilidad de adaptación a los cambios y para relacionarse amigablemente en un entorno de trabajo.

2. Procesamiento equilibrado.

Los líderes auténticos tienen facilidad para ser analíticos al tener la capacidad de examinar de manera objetiva y minuciosa la información relevante para la toma de decisiones. Por tal motivo, no dudarán en recolectar información de otras personas para tener miradas diferentes para ampliar su propio horizonte sobre un tema o problema en específico.

3. Conciencia de sí mismo.

Asimismo, un líder auténtico sabrá reconocer sus fortalezas y debilidades, lo que le permitirá potenciar sus cualidades positivas y trabajar con esmero en aquellos puntos de mejora donde no es tan autosuficiente. Esta forma de autoconocimiento da a estos líderes una ventaja a la hora de resolver problemas, porque harán lo que mejor saben hacer con las habilidades que poseen evitando quedar en el medio de conflictos donde su intervención no arrojaría resultados efectivos.

4. Autorregulación de los comportamientos.

Los líderes auténticos también tienen un gran control sobre sus emociones y se basan en valores y principios morales muy firmes, por lo que pueden hacerle frente con inteligencia a las presiones sociales, jerárquicas y organizacionales, manteniendo una conducta coherente y alineada con su sistema de valores. 

De esta forma, sus acciones serán coherentes con su manera de pensar y los colaboradores sentirán más confianza porque la persona que los lidera es transparente y se preocupa por generar un ambiente laboral saludable donde su equipo esté motivado y trabajen a gusto.

El rol de la autenticidad en el liderazgo empresarial también hará que las personas que conforman el equipo sean más productivas, proactivas y generen ideas innovadoras. Además, las cualidades de transparencia, capacidad de análisis y autoconocimiento les permitirán a los líderes guiar y ayudar a los colaboradores cuando lo necesiten y confiar en sus capacidades para realizar tareas delegadas. 

Una personalidad auténtica en un líder tiene posibilidades de convertirse en una fuente de inspiración para los demás, pero a la vez tiene la humildad para continuar aprendiendo y perfeccionando sus habilidades en pos de las necesidades de la empresa y de su equipo de trabajo que está siguiendo sus pasos. En este trayecto, será un buen líder el que busque no solo avanzar y erigirse él mismo sino hacerlo junto a las personas que trabajan junto a él y aportan ideas en el día a día para crecer como organización en el mercado.

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En resumen, la autenticidad es una de las características de un buen líder que da cuenta de la honestidad y transparencia de sus palabras y pensamientos en consonancia con sus acciones y buenas relaciones con las personas de su equipo. Cuando un líder es auténtico, las personas a su alrededor confían en él porque su respeto y compromiso con el crecimiento de sus colaboradores son genuinos, y nada más motivador para estas personas que trabajar con quien comprende sus necesidades y se esfuerza para que cumplan exitosamente todos sus objetivos.