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Deflación vs. inflación: causas y medidas para evitarlas

Escrito por Equipo de redacción de Drew | 4/01/24 14:00

Términos relacionados con la economía como inflación y deflación están resonando cada vez con más fuerza en los últimos tiempos tras las severas crisis económicas que están atravesando distintos países latinoamericanos, como Venezuela, Argentina, Ecuador y Cuba, por nombrar algunos. Pero lo cierto es que si bien la mayoría de las personas está familiarizada, al menos de forma general, con el concepto de inflación, también viene cobrando relevancia el término de deflación. ¿Qué significa realmente la deflación?

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Básicamente, si la inflación es la suba de los precios y costos de vida a causa de un gasto excesivo del Estado, la deflación es un fenómeno contrario a la inflación, es decir, que se produce una caída generalizada de precios de bienes y servicios. Cuando la demanda baja drásticamente, es muy probable que comience a haber deflación. Sin embargo, no por bajar los precios es una problemática preferible a la inflación, ya que la baja demanda influye de tal forma que la economía en general de un país se ve seriamente comprometida.

Entonces, por un lado, tenemos la inflación que sube los precios sin control generando déficit fiscal y devaluación, y por otro lado, está la deflación que aplica el efecto contrario impulsando periodos de recesión. En este artículo, desarrollamos las principales diferencias entre inflación y deflación, sus causas y cómo hacerles frente. Deflación vs inflación, ¿cuál de las dos representa un mayor riesgo?

 

Deflación vs inflación: ¿En qué se diferencian? 

Como apuntamos al principio, mientras que la inflación es el incremento general de precios, la deflación es la disminución prolongada de precios a lo largo del tiempo. Esta es la principal diferencia entre inflación y deflación. Sin embargo, aunque la deflación disminuya los precios esto no significa que sea mejor o más positivo que la inflación, ya que hablamos de caída de demanda. En otras palabras, la gente ha dejado de comprar; entonces, los precios de las marcas bajan en respuesta a esa falta de demanda, con el objetivo de obtener ventas.

Como de todas formas las empresas no van a lograr las ventas que esperan, aunque bajen los precios, la situación las puede obligar a reducir costos, ya sea en insumos o en recorte de personal. Si las personas se quedan sin trabajo, dejarán de consumir aun más, y así continuará el ciclo deflacionario en un loop infinito. Para evitar caer en una deflación o dejar que los precios se disparen en una inflación sin control, lo recomendable es encontrar una estabilidad en los precios, en donde a medida que aumenta el valor del dinero aumente también el valor de los precios.

Los responsables de mantener la estabilidad de precios son los Bancos Centrales de los distintos países. Tanto la inflación como la deflación afectan significativamente en las finanzas, por lo que la deflación suele beneficiar a los acreedores, en tanto que la inflación a los deudores. Como resultado de esto, en una inflación elevada, los tipos de interés también son más elevados que cuando hay deflación.

En un país sometido a un proceso inflacionario, los tipos de cambio de su moneda también se verán afectados. Ahora bien, si el país se encuentra en proceso de deflación, la moneda en cambio tiende a aumentar su valor. Por este motivo, para los ahorristas la deflación puede ser muy positiva porque aumentará el valor de sus ahorros cada año. Por el contrario, ahorrar en épocas de inflación hará que se pierda el valor de lo ahorrado y que, a nivel general, los ingresos disminuyan gradualmente. 

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¿Cuáles son las causas de la inflación y de la deflación?

La deflación se produce cuando la oferta de bienes y servicios en una economía es superior a la demanda, lo que obliga a las empresas a reducir sus precios para comercializar sus productos y no acumular stock. El desajuste entre oferta y demanda puede generarse por dos causas: demanda insuficiente o exceso de oferta

La demanda insuficiente puede ser provocada por una crisis económica a nivel macro que termina afectando al país y al poder adquisitivo de la gente, lo que perjudica directamente la generación de demanda de las empresas. El exceso de oferta se da básicamente cuando las empresas sobrepasan su propia capacidad de producción y no recuperan la inversión. Entonces, hay demasiada oferta y muchos competidores que se disputan la elección de los consumidores.

En el caso de la inflación, las causas son diversas. Generalmente en un gobierno con tendencia inflacionaria su Banco Central emite más cantidad de dinero en circulación, lo que provoca que el gasto público sea excesivo y el déficit fiscal aumente. Al haber más emisiones de billetes, el consumo es mayor, por lo que la demanda sobrepasa a la oferta. Esto genera que los precios se incrementen considerablemente en el tiempo porque las empresas deben asumir costos más elevados para mantenerse rentables.

 

¿Qué hacer para evitar la inflación y deflación?

En un mano a mano deflación vs inflación, las medidas para evitarlas deberán consistir en la búsqueda de equilibrio entre la oferta y la demanda, y también entre la emisión monetaria y el gasto público. Por ejemplo, si lo que predomina es la deflación, lo que hay que hacer es disminuir el valor del dinero, por lo que aquí la solución es emitir más dinero y ponerlo a circular. En tanto que debe complementarse con la reducción de la tasa de interés, que va a incentivar el crédito de consumo y de inversión, alentando la demanda.

Al reducirse la tasa de interés, no conviene tener el dinero en los bancos, por lo que es recomendable invertir ese dinero o gastarlo, favoreciendo la reactivación de la demanda. También se puede implementar políticas fiscales de aumento del gasto público, reducción de los impuestos y aumento de las transferencias. En primer lugar, se busca aumentar el gasto público intentando sustituir la ausencia de demanda del sector privado con la del sector público, a la vez que ayudará en la creación de nuevos empleos. 

Luego, la reducción de impuestos implica más dinero para gastar en empresas de capital privado. Por último, el aumento de las transferencias busca descentralizar el consumo público, a fin de que estas se distribuyan en diferentes entidades financieras. 

No obstante, si lo que se impone es una tendencia inflacionaria, la mejor alternativa es hacer justamente lo contrario a las medidas destinadas para detener la deflación, es decir, en lugar de disminuir el valor del dinero hay que aumentarlo frenando la emisión monetaria. Asimismo, hay que aumentar la tasa de interés para que la gente haga depósitos en los bancos y deje de gastar, lo que reducirá la demanda obligando a las empresas a reducir los precios.

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En definitiva, la verdad sobre la dicotomía deflación vs inflación pone de manifiesto que ambos fenómenos económicos pueden tener lugar en un país y ocasionar diversas consecuencias para la economía, afectando no solo el poder adquisitivo de las personas sino también la producción y la rentabilidad de las empresas. Sin regulación, la inflación puede disparar los precios y hacer que el dinero se devalúe cada vez más, así como la deflación eleva el valor del dinero pero, al no haber demanda ni consumo, la economía se termina estancando.