Te has preguntado en algún momento… ¿Cuáles son las alternativas que existen para competir en aquellos mercados que tienen márgenes de rentabilidad bajos?
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Ten siempre en cuenta que la rentabilidad de tu empresa, entendiendo a esta como la proporción que existe ente los recursos que se invierten para realizar/brindar tal o cuál producto/servicio comparado con los beneficios y/o ganancias que se obtienen, es un indicador esencial al momento de realizar un análisis de la situación financiera en la que se encuentra tu empresa, así como también es importante para evaluar la calidad con que se está llevando a cabo la gestión administrativa de la misma.
Para poder lograr competir cuando la rentabilidad de tu empresa es baja, te dejamos aquí algunos consejos:
Llevar un control adecuado de los gastos, te dará la ventaja de que cada peso que ahorres, se convertirá en un peso de ganancia. Para poder lograr este propósito te será de gran utilidad elaborar un estado de flujo de efectivo, esto se hace de manera mensual, allí podrás analizar cuáles son los rubros en los que estás gastando más efectivo y en cuáles podrás realizar ajustes.
Gestionar de manera eficiente tu inventario es uno de los factores claves que van a incidir en el buen desempeño de tu empresa. Contar con un inventario bien ordenado y gestionado ayudará a que no tengas gastos innecesarios.
Con un excelente control de gastos, sumado a una óptima administración de tu inventario, podrás bajar los costos de tus productos. Esto te generará una mayor rentabilidad en su empresa.
El 'Core business' es la razón de ser de la compañía, aquello por lo cual se crea y en lo que se va a generar el máximo valor añadido.
Se deben analizar de forma sistemática las actividades de la empresa y ver cuál es el valor que estas aportan a la misma. En un entorno cada vez más competitivo las empresas deben tratar de buscar elementos que las diferencien de su competencia y desarrollar aquellas áreas que son el núcleo o la razón de ser de la empresa.
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Para poder competir cuando la rentabilidad de tu empresa está en baja podrás basarte en las estrategias que estableció, en el año 1980, Michael Porter, buscando mejorar la teoría de la ventaja comparativa, y donde expresó que las empresas deberían tomar una de estas tres estrategias genéricas.
Las estrategias genéricas de Porter describen cómo una compañía puede lograr ventaja competitiva frente a sus competidores obteniendo un rendimiento superior al de ellos. Para ello diferencia dos ventajas competitivas (bajos costes y diferenciación), que se pueden dividir en tres o cuatro mediante la segmentación de mercado.
La base fundamental para obtener esa rentabilidad superior es lograr una ventaja competitiva sostenida, y para ello, se debe seguir una estrategia empresarial.
Las tres estrategias genéricas planteadas por Michael Porter son: liderazgo global en costos, diferenciación y enfoque o concentración, a través de ellas una empresa puede hacerle frente a la competencia del sector y conseguir una ventaja competitiva sostenible que le permita superar a las demás empresas que suponen esta competencia.
En la estrategia de liderazgo global en costos, la empresa debe tener la capacidad de reducir costos en todos los eslabones de su cadena de valor, de tal manera que la disminución de gastos repercuta en un mejor precio para el consumidor y en consecuencia en una mayor participación de mercado.
En la estrategia de diferenciación la empresa debe producir servicios y/o productos exclusivos que sean percibidos así por los consumidores, quienes están en disposición de pagar más por tenerlos.
Con una estrategia de enfoque o concentración (segmentación o especialización) la empresa se concentra en satisfacer segmentos bien definidos, de población, de productos, de ideología o, simplemente, geográficos.
Las dos primeras estrategias, liderazgo en costos y diferenciación, buscan la ventaja general en el sector donde se desarrolla la empresa, mientras que la tercera estrategia se basa en un enfoque que busca tener la ventaja dentro de un mercado objetivo.