El éxito arrollador de Zoom, como aplicación para videoconferencias en el inicio de la pandemia, marcó un punto de inflexión en la modalidad de las reuniones laborales virtuales. De hecho, hasta ese momento, las videollamadas eran poco frecuentes porque el trabajo era mayormente presencial. Pero la urgencia sanitaria exigió reinventar la manera de trabajar y comunicarse en las empresas.
Por aquel momento, Meet era la plataforma de videollamadas por excelencia. Si bien tenía funciones limitadas que con el tiempo y la necesidad de optimización logró mejorar, Zoom se posicionó rápidamente como líder entre las principales aplicaciones de comunicación, ya que permite interactuar de forma virtual con compañeros de trabajo cuando las condiciones de reunirse presencialmente no están dadas, y además grabar las sesiones para revisarlas y consultarlas cuando fuera necesario.
La aplicación incluye tanto reuniones individuales ilimitadas como videoconferencias grupales, llegando a admitir hasta mil personas en una misma videollamada, contratando el plan Enterprise. No obstante, el plan gratuito permite unirse hasta 100 a la reunión. En este nuevo caso de estudio, te contamos cómo se originó Zoom, cuál es su modelo de negocio y cuál es su valor agregado para las empresas que trabajan en remoto con frecuencia. Descubre el caso Zoom.
La historia de Zoom se remonta a 2011, cuando Eric Yuan, un ingeniero de software chino-estadounidense que había trabajado en Cisco Systems, fundó en California la empresa Zoom Video Communications. La versión preliminar de Zoom en 2012 solo podía incluir a 15 personas en sus videoconferencias.
En 20013, la compañía recaudó 6 millones de dólares en una ronda de inversión por parte de Qualcomm Ventures Jerry Yang, el fundador de WebEx Subrah Iyar y el consejero de Cisco Dan Scheinman. En ese momento, lanzaron una versión nueva que aumentaba el número de participantes por videoconferencia a 25. Al final de su primer mes, Zoom había alcanzado los 400.000 usuarios y en mayo del mismo año ya tenía un millón de usuarios.
La iniciativa de crear Zoom surgió de la propia experiencia de Yuan como usuario de otras plataformas de videoconferencia. Estaba frustrado por la falta de calidad, seguridad y facilidad de uso en las herramientas disponibles en aquel momento. Yuan estaba convencido de que podía redoblar la apuesta y decidió fundar su propia empresa para desarrollar una plataforma de videollamadas adaptable a las necesidades de las personas.
Uno de los aspectos clave que Yuan quería abordar era la facilidad de uso. Buscaba que Zoom fuera intuitivo y accesible para cualquier persona, independientemente de sus habilidades técnicas. Además, se enfocó en mejorar la calidad de audio y video de las videoconferencias, así como en optimizar el rendimiento para conexiones de internet de velocidad reducida. Debido a su interfaz intuitiva y su calidad de audio y video superior, la plataforma ganó preponderancia, tanto entre empresas como entre usuarios individuales.
Sin embargo, el gran desafío para Zoom llegó en 2020, cuando la pandemia de COVID-19 obligó a millones de personas en todo el mundo a trabajar y estudiar desde sus casas. Entonces, Zoom se convirtió en la alternativa preferida para reuniones virtuales, clases online, eventos sociales y más, ya que ofrecía una solución práctica y fácil de usar para mantenerse conectado en un momento en el que el distanciamiento social era esencial.
Zoom se basa principalmente en la suscripción y el uso de sus servicios de videoconferencia. Entre las características clave de su modelo de negocio se destacan las siguientes:
Suscripciones pagas: Zoom ofrece diversos planes de suscripción para usuarios individuales, empresas y organizaciones educativas. Estos planes varían dependiendo del número de integrantes permitidos en las reuniones, su duración y las características adicionales, como el almacenamiento en la nube y la grabación de la videoconferencia. Los clientes pagan una tarifa mensual o anual para acceder a estas funciones.
Freemium: existe también una versión gratuita de la plataforma con algunas limitaciones, como la duración máxima de las reuniones y el número máximo de personas. Esta versión gratuita funciona como un gancho para atraer a nuevos usuarios y empresas a la plataforma, con el objetivo de que eventualmente adquieran los planes pagos para acceder a funcionalidades adicionales y capacidades ampliadas.
Venta de hardware: además de sus servicios de software, Zoom también comercializa hardware específico para mejorar la experiencia de videoconferencia. Esto incluye dispositivos como cámaras web, sistemas de videoconferencia para salas adaptadas para este fin y teléfonos móviles exclusivamente para tener una videollamada.
Servicios adicionales: otro punto a destacar de Zoom son los servicios adicionales, como el almacenamiento en la nube para grabaciones de reuniones, integraciones con otras aplicaciones y servicios, y servicios de consultoría y capacitación.
En una época en que hubo que adaptarse a los cambios que demandaba el mercado o quedarse en el camino, Zoom se convirtió en la solución ideal, tanto para las empresas que trabajaban en remoto como para las personas que deseaban mantenerse comunicadas con sus seres queridos a la distancia. Ahí reside su valor diferencial para que los usuarios la prefirieran a Meet y a Skype, aunque la primera de algún modo logró permanecer vigente, mientras que la segunda prácticamente quedó en el olvido.
En palabras finales, el caso Zoom es un claro ejemplo de oportunidad y desafío que cosechó sus frutos en una de las peores crisis que tuvo que enfrentar la humanidad en los últimos tiempos, como fue la pandemia. Al incluir planes adaptados a cada bolsillo, las empresas y personas pueden acceder a un plataforma completa para realizar videoconferencias y mantener lo mejor posible la esencia de las reuniones presenciales desde la virtualidad.