Hablar de John Deere es hablar de agroindustria, de una parcela de su historia y evolución en lo que hoy en día es el agro y sus distintos campos de aplicación. Fundada en 1837, es una de las empresas fabricantes de maquinaria agrícola más importantes del mundo. A pesar del tiempo, muchos de sus principios y valores conservan su validez, como priorizar la calidad de sus equipos agrícolas. Estos incluyen tractores, cosechadoras, empacadoras y equipo forestal.
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Además de comercializar productos agrícolas, John Deere es proveedor líder de equipos de construcción y del mantenimiento de césped, como cortadoras de césped, motosierras, quitanieves y recortabordes. El verde y amarillo son los colores distintivos que definen su imagen corporativa, y la figura de un ciervo representa el uso de su logo. “Nada funciona como un Deere”, es su lema, y hasta provee servicios financieros y otras actividades vinculadas al apoyo del grupo empresarial.
Por supuesto que hay una persona que inició todo, y se llamó John Deere, un estadounidense que empezó trabajando como aprendiz de herrero a los 17 para sacar adelante a su familia, después de la desaparición de su padre tras un naufragio de camino a Inglaterra. En su labor fabricando herramientas, nació lo que se convertiría en su pasión y proyecto de vida: la construcción de máquinas agrícolas. En este caso de estudio, te contamos la historia de la marca John Deere, su modelo de negocio y valor diferencial. Descubre el caso John Deere.
El origen de John Deere se remonta a 1837, cuando un joven herrero llamado John Deere abandonó la herrería donde trabajaba y empezó a fabricar herramientas agrícolas por su cuenta. Pero no solo se dedicó a crear máquinas para el agro, sino que su labor se extendió a las reparaciones de explotación agrícola y el desarrollo de arados de mancera para satisfacer las necesidades de los clientes. Asociado con Leonard Andrus, Deere comenzó a fabricar arados, hasta 1847 cuando decidió abrir una compañía con su nombre, trasladándose a Moline, municipio cerca del río Mississippi.
En 1851, compró a sus socios todas las acciones de su empresa y se convirtió en presidente, hasta que una crisis financiera casi pone en peligro su negocio, por lo que terminó traspasando el poder ejecutivo a su hijo Charles Deere, quien gestionó la dirección de la compañía hasta 1907. En 1868, la empresa pasa a llamarse Deere & Company, y el 65% de las acciones pertenece a los Deere. Durante este periodo, se crea la red comercial de distribuidores y se patenta el ciervo como imagen de la marca.
En 1881, Deere & Company puso en funcionamiento la primera planta con alimentación eléctrica en el condado de Rock Island. Cinco años después, John Deere muere y su hijo lo sustituye en el cargo de presidente ejecutivo hasta pasar a manos de William Butterworth, yerno de Deere, que logra introducir la compañía en el mercado agrícola internacional. Con el paso de los años, la empresa comenzó a fabricar los primeros tractores, de los cuales los más primitivos traccionaban a vapor, mientras que los más modernos de esa producción ya empleaban gasolina.
La época de la depresión norteamericana sacudió los cimientos económicos de la compañía, pero incluso en medio de la crisis la empresa no cesó la producción de tractores. Una vez culminada la depresión, Deere & Company comenzó a fabricar tractores industriales y, durante la Segunda Guerra Mundial, decidió fabricar tractores militares, recambios para aviones y maquinaria bélica. En 1956, la compañía adquiere la mayoría de las participaciones de la empresa alemana Heinrich Lanz, AG, facilitando el ingreso a Europa.
A lo largo de su extensa historia de más de 180 años, Deere & Company se ha forjado una reputación internacional fabricando tractores y maquinarias para el agro, como así también adquiriendo empresas para extender su monopolio en la industria agrícola. En las últimas décadas, ha implementado numerosas mejoras tecnológicas, como sistemas de agricultura inteligente y tractores de todos los tamaños y para cada necesidad.
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El modelo de negocio de John Deere puede resumirse en 3 grandes líneas:
En la última década, John Deere desarrolló un proceso de transformación digital que le permitió incorporar tecnologías como el internet de las cosas (IoT) y el análisis de datos. Para la planificación logística, la empresa ha utilizado la digitalización con el fin de mejorar la visibilidad y precisión a lo largo de toda la cadena de suministro y personalizar las instrucciones del usuario en tiempo real. Además, sus tractores y cosechadoras han introducido sensores y otros mecanismos de IA que le permiten mantenerse a la vanguardia frente a las últimas tendencias de la industria.
El valor diferencial de John Deere en la actualidad es la apuesta por la incorporación de inteligencia artificial a su mejor línea de productos: la fabricación de tractores. A través de cámaras inteligentes con visión artificial y tecnología de aprendizaje automático, los vehículos pueden rastrear con precisión en un campo de cultivo dónde se encuentran las malezas para aplicar el herbicida correctamente y así conservar los cultivos.
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En palabras finales, el caso John Deere es un ejemplo de equilibrio justo entre trayectoria basada en valores y adaptabilidad, lo que la ha convertido en una de las empresas de la industria agrícola más importantes del mundo, con presencia internacional fuerte en Europa y América, y que ha sabido utilizar las estrategias de mercado correctas para mantener su modelo de negocio vigente y la calidad de sus productos, pero innovando siempre. Hoy en día, de la mano de la IA, John Deere sigue haciendo historia.