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Caso Jaguar: “Project Roar” y el riesgo de reinventar la identidad

Escrito por Equipo de redacción de Drew | 28/09/25 15:00

El mundo automotriz atraviesa una transición histórica. La electrificación ya no es una opción futurista, sino una estrategia inevitable para sobrevivir en un mercado cada vez más regulado y competitivo. En este contexto, Jaguar decidió dar un golpe de timón con su ambicioso “Project Roar”, una apuesta que busca reposicionar la marca como un referente de lujo eléctrico para 2026. Con el respaldo de su propietaria Tata Motors y una inversión de 18.000 millones de libras, Jaguar no solo quiere actualizar su catálogo: pretende redefinir por completo qué significa ser Jaguar en la era eléctrica.

La presentación del Type 00, su nuevo modelo insignia, materializó este cambio de rumbo. Con un diseño radicalmente minimalista y una campaña que celebra la estética futurista, el modelo se convirtió en la punta de lanza del proyecto. Sin embargo, la reacción del público y la crítica fue dividida: para algunos, representa una traición al legado de elegancia, potencia y rugido característico de Jaguar; para otros, es la demostración de que la marca se atreve a ser audaz y a desafiar los límites de la tradición.

En este artículo analizaremos cómo Jaguar enfrenta el desafío de equilibrar innovación radical con herencia de marca, exploraremos la estrategia detrás del Project Roar, las reacciones que ha despertado en el mercado y los riesgos de reinventar una identidad construida durante décadas. Una lectura clave para entender cómo la electrificación está redefiniendo no solo a las automotrices, sino al concepto mismo de lujo.

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El desafío de equilibrar herencia y disrupción

Jaguar siempre se definió por un ADN particular: lujo británico, diseños seductores y una experiencia de conducción que evocaba sofisticación y emoción. El rugido del motor, en especial, era parte inseparable de su identidad. Ahora, con el paso hacia lo eléctrico, la marca enfrenta el dilema de muchos fabricantes de lujo: ¿cómo mantener la esencia cuando la tecnología cambia la experiencia sensorial?

El “Project Roar” toma su nombre precisamente de ese desafío. Al eliminar los motores de combustión, desaparece también el rugido que acompañó durante décadas a modelos icónicos como el E-Type o el F-Type. El riesgo de alienar a una base de clientes fieles es evidente, y allí radica la tensión central: innovar sin perder la esencia.

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Estrategia eléctrica y reposicionamiento de marca

La estrategia detrás de Jaguar Project Roar es doble. Por un lado, busca adelantarse a regulaciones ambientales que en Europa y Estados Unidos endurecen cada vez más los estándares de emisiones. Por otro, pretende diferenciarse en un mercado de lujo donde Tesla, Porsche y Mercedes-Benz ya marcan el ritmo de la electrificación.

El Type 00 es más que un vehículo: es una declaración. Jaguar apuesta a un lenguaje visual más depurado, con líneas limpias y un interior minimalista que rompe con la opulencia clásica de los autos de lujo. El mensaje es claro: en el nuevo lujo, menos es más. Pero esa audacia implica un riesgo. El consumidor tradicional de Jaguar podría no sentirse identificado con una propuesta que se percibe distante del linaje histórico.

El gran desafío es reposicionar la marca no solo como eléctrica, sino como relevante en la conversación cultural y aspiracional de los próximos años. Una jugada de alto riesgo, pero también de alto potencial.

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Reacciones encontradas: crítica y oportunidad

La prensa especializada y los consumidores no tardaron en expresar sus opiniones. Algunos críticos argumentan que el Type 00 es demasiado genérico, que podría confundirse con cualquier propuesta premium de la competencia, perdiendo el carácter distintivo de Jaguar. Otros, en cambio, celebran la valentía de romper moldes y de dar un salto hacia un futuro más sostenible, interpretando el cambio como un renacimiento en lugar de una traición.

Esta división refleja un fenómeno más amplio en el marketing y la gestión de marca: cada vez que una compañía de larga trayectoria decide reinventarse, corre el riesgo de desconectar con su pasado mientras intenta conectar con un nuevo público. La clave estará en la consistencia del mensaje y en la capacidad de Jaguar de demostrar que sigue ofreciendo experiencias únicas, aunque bajo un nuevo paradigma tecnológico.

 

 

El valor de “Project Roar” como caso de estudio

Más allá del automóvil en sí, “Project Roar” se convierte en un caso fascinante para analizar en el ámbito de la comunicación, el branding y la estrategia de innovación. Representa el dilema eterno entre tradición y disrupción, entre escuchar a los clientes actuales y seducir a los del futuro.

La electrificación, además, no es una tendencia pasajera. Es un cambio estructural en la industria, y Jaguar apuesta por situarse en la vanguardia en lugar de quedarse rezagada. Su inversión multimillonaria demuestra que no se trata de un experimento, sino de una redefinición profunda de la compañía.

Si logra equilibrar innovación y herencia, podría consolidarse como pionera en lujo eléctrico. Si no, corre el riesgo de diluir su identidad en un mar de propuestas minimalistas donde la diferenciación será cada vez más difícil.

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El rugido del futuro

El Jaguar Project Roar no es solo un plan industrial, sino un experimento cultural. Pone a prueba la capacidad de una marca con un fuerte legado de reinventarse en un entorno donde la sostenibilidad y la electrificación son inevitables. La apuesta es valiente: invertir miles de millones en un nuevo ADN, sabiendo que el rugido que la definió ya no estará allí.

La gran incógnita es si los consumidores seguirán viendo en Jaguar un símbolo de lujo y emoción, o si el futuro eléctrico demandará una reinterpretación completa de lo que significa “ser Jaguar”. Lo cierto es que, en este proceso, la marca no solo busca sobrevivir: quiere marcar el camino de cómo el lujo automotriz puede adaptarse sin renunciar a su poder icónico.