Hablar de Gucci es sinónimo de hablar de estilo y sobre todo de clase. Es una marca italiana exclusiva de productos de lujo que apunta a un target de poder adquisitivo alto y se dedica principalmente al diseño y fabricación de artículos de moda, tales como ropa, zapatos, carteras de cuero, perfumes y relojes.
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En septiembre de 2009, Gucci operaba de manera directa con 278 tiendas distribuidas en todo el mundo y vendía sus productos al por mayor a través de franquicias y tiendas departamentales orientadas al segmento de prestigio. Años más tarde, la firma ya estaba valuada en 12100 millones de dólares y las ventas habían alcanzado los 4700 millones de dólares. Según la revista Forbes, se encuentra en el puesto 38 en la lista de Marcas más valiosas del mundo.
Sin embargo, Gucci no se detiene ahí ya que en los últimos meses ha presentado su colección de moda nada menos que en el metaverso. No hay dudas de que es una de esas marcas importantes que siempre se renuevan y no defraudan a sus clientes. Sobre esto, su historia y más hablaremos en este nuevo caso de estudio. Descubre el caso Gucci.
Guccio Gucci era un joven trabajador inmigrante de un hotel parisino y luego en Londres, que quedó asombrado por el lujoso equipaje que portaban los huéspedes urbanos del Hotel Savoy. Al regresar a Florencia, su ciudad natal, conocida por los materiales de alta calidad, decidió abrir una tienda en 1920, donde vendía productos caros de cuero fino y con estilo clásico.
Gucci contrató personal calificado en artesanías de cuero florentino, dando prioridad al acabado. A medida que se fue expandiendo, pese a que utilizaba métodos industriales, apoyó la costura a máquina como uno de los principales métodos de fabricación en el que basó su línea de producción.
Como resultado de la escasez material, durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa fabricó bolsos de lona de algodón en lugar de cuero. No obstante, el lienzo se diferenció por un símbolo distintivo de doble G combinado con bandas rojas y verdes. El conocido símbolo de Gucci apareció por primera vez en 1947 y fue diseñado en 1933 por Aldo Gucci, el hijo del fundador.
El logo fue introducido inicialmente en la industria de la moda como un broche, pero tiempo después se fue incluyendo también en el diseño de bolsos, maletas y hasta en un símbolo de un escudo de armas florentino, luego de la Segunda Guerra Mundial.
En 1953, Aldo y Rodolfo Gucci expandieron su negocio abriendo oficinas en la ciudad de Nueva York. En ese entonces, desfilaban numerosas estrellas de cine por Italia que durante las décadas de los 50 y 60 inundaban de glamour las calles florentinas, transmitiendo un mensaje de valor de marca asociado a un alto status.
La empresa prosperó hasta la década de los 70 y al llegar los 80 comenzó a tener algunos problemas que la llevaron casi al borde de la ruina. Tras la muerte de su fundador, Maurizio Gucci, uno de sus hijos, se hizo cargo de la presidencia y despidió a su tío Aldo, condenado a prisión por evasión de impuestos.
Sin embargo, a Maurizio no le fue mucho mejor y terminó vendiendo la empresa familiar en 1988 a Investcorp. Pero esto no es lo peor de la historia, sino el hecho de terminar asesinado en 1995 por un asesino a sueldo en Milán, que habría sido contratado por su ex esposa. Domenico De Sole, formado en Estados Unidos y ex abogado de la familia, terminó haciéndose cargo de la dirección ejecutiva de la empresa, a partir de 1995
Cinco décadas después, Gucci se había convertido en una de las marcas de moda más replicadas de los últimos años, ya que la mayoría de las personas que conocían de alguna manera la marca o sabían de su reputación deseaban adquirir aunque fuera una copia de la original.
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Recientemente, la marca italiana de moda Gucci anunció que había comprado un terreno en el metaverso de Sandbox, un sitio descentralizado construido en blockchain con el objetivo de atraer al público de la generación Z, comprendido por los jóvenes que nacieron a partir de los últimos años de la década del 90 y principios del 2000.
Según los datos de Bloomberg Intelligence, en 2021 el valor aproximado del metaverso asciende a 500.000 millones de dólares estadounidenses y podría quintuplicarse en 2030. Marcas como Apple, Facebook, Microsoft también se han animado a implementar estrategias para atraer a los consumidores y audiencia que tienen mucha presencia en las plataformas virtuales.
En este contexto, la empresa italiana informó en Twitter que su compra en el metaverso busca recrear el espacio virtual “Gucci Vaul”, que está dirigido a un público preferentemente centennial, nacido entre 1997 y 2015.
Al igual que otras empresas que buscan adaptarse a los cambios del mercado, Gucci está desarrollando una propuesta de experiencia inmersiva en el metaverso para sus clientes. Este convenio entre Gucci y Sandbox permitirá a sus usuarios comprar productos de la marca para exhibirlos en Sandbox. Este anuncio, se suma a otro anuncio anterior sobre un primer lanzamiento de su colección en tokens no fungibles con Superplastic, que abarca una colección de moda en bolsos, anteojos de sol y sombreros.
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En palabras finales, a pesar de que la compañía tuvo sus momentos oscuros en medio del éxito de su crecimiento de marca, el caso Gucci nos confirma que un cambio de dirección no implica derivar en la quiebra ni en el estancamiento del negocio. Por el contrario, el círculo que rodeó a la familia demostró conocer bastante bien su visión, por lo que no le fue difícil continuar el rumbo desde donde la dejó su fundador, allá por la década del 20.
Asimismo, el tiempo que pasó y los inconvenientes, incluyendo evasión de dinero, prisión y asesinato, no impidieron que hoy la marca perdure y su nombre no haya quedado ligado a este suceso turbio. De hecho, fue una empresa resiliente que transformó la crisis en oportunidad y hoy hasta en el metaverso espera hacer historia.